Ya no cabe la menor duda, la red de redes se ha convertido en el vehículo perfecto para investigar, descubrir, comunicar, informar,... y para decirle que
NO a nuestros representantes políticos cuando se empeñan en gobernar de espaldas a la ciudadanía.
En
48 horas se ha cocinado una de los mejores ejemplos de ciberactivismo y el Gobierno ha sido el conejo de indias del experimento. A través de
google wave se ha elaborado un
manifiesto en contra de la
Ley de Economía Sostenible que ha llevado al Ministerio de Cultura a convocar a un grupo de personas relacionadas con la creación de contenidos digitales, las nuevas tecnologías e Internet, y en última instancia ha tenido que ser
el Presidente del Gobierno el que amanse las aguas desautorizando a la ministra de la
apretada agenda y a la panda de
'eficientes' técnicos del ministerio liderados por Van Damme.
El catalizador de cuanto ha ocurrido de extraordinario a raiz de la reunión ha sido la permisividad del Ministerio ante el acceso de multitud de
gadgets a la reunión, desde iPhones hasta
Laptops, convirtiendo la
reunión con los técnicos del Ministerio en una locura de tuiteos y posteo de fotos que nos ha permitido al resto de seres mortales (
representados o no por estos ciudadanos) seguir en cierta forma las líneas generales de la reunión. Y decía reunión con los técnicos del Ministerio, porque
la ministra no ha dedicado más de 20 minutos a la misma poniendo pies en polvorosa cuando alguno de los participantes ponía el dedo en la llaga: la tan comentada
Disposición Final Primera.
Este tipo de reuniones se prestan (o prestaban) a que el responsable de turno haga acto de presencia, la foto pertinente y la nota de prensa cocinada con alevosía por su gabinete de comunicación. En esta ocasión la
nota de prensa choca frontalmente con la realidad que nos contaron los ciudadanos convocados o con el
resumen que algunos medios digitales realizaron, uniendo las diversas piezas del puzzle.
Como bien comentaba mi amigo
Paco Luis, que también
ha publicado sus propias impresiones sobre la reunión, hemos vivido un claro ejemplo de
Open Government (oGov), pero ¿están nuestros dirigentes políticos y nuestras administraciones preparadas para un nivel de participación ciudadana como la que mostraron
Enrique Dans,
Jesús Encinar,
Fernando Berlín,
Julio Alonso y algún otro más en la reunión con Cultura?
Seguramente el Ministerio de Cultura se lo volverá a pensar antes de dejar pasar a una reunión a ciudadanos 'armados', o al menos la ministra se lo pensará antes de plantar a los convocados. Lo que dudo mucho es que los gabinetes de comunicación dejen de maquillar las notas de prensa, aunque todo lo que ocurrió esa mañana del 3 de diciembre seguramente se contará en más de una facultad de ciencias de la comunicación y en más de un máster en comunicación corporativa o institucional.
Solo me queda añadir mis dudas sobre la idoneidad de
trasladar a las calles y plazas toda la
agitación que se ha producido en Internet (especialmente interesantes los
datos de audiencias que ofrece
Oscar Trabazos desde twitter), teniendo en cuenta que en la mayoría de ciudades
dificilmente se reunirán más de varias decenas de ciudadanos.
(Por cierto, se va haciendo popular la frase de
'tienes la agenda más apretada que la de la ministra Sinde')
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